¡Qué 45 años no es nada! (2ª parte)

Y llegaron los años 80 y yo dejé el colegio para irme al Instituto fui al D'Elhuyar, que en mis tiempos le decían "el masculino"...
Estando en 1º de Bup pasaron dos cosas de las que me acuerdo especialmente, además ocurrieron con pocos días de diferencia. El primero fue haciendo un examen de historia y al entregarlo, el profesor, que tenía una mirada "diferente, capaz de ver a derecha y a izquierda al mismo tiempo, me pidió que trajera más folios para el examen. Al pasar por el bar del Insti me enteré que había habido un golpe de estado, cuando volví a clase se lo dije al profesor y se quedó blanco y entonces paró el examen para contarlo y mientras el hablaba, yo veía que mis compañeroos pasaban de él y se estaban copiando las preguntas unos a otros, ¡lástima haber sido tan rápida al entregarlo!

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¡Que 45 años no es nada! (1ª parte)

Esta semana cumplo 45 años, ¡hombre durante toda la semana no!, solo el viernes día 1, pero como quiero hacer un pequeño resumen de estos años, pues empiezo ya.
Se que no aparento mi edad y también se que no tengo abuela, pero todavía no he empezado a quitarme años. No me quiero imaginar que cara se me quedaría si dijera que tengo 37 y alguien me contestara ¡buah pues parece que tiene 45!

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En ocasiones veo... MARIPOSAS

Os parecerá raro el título de esta entrada, pero para los que están más cerca de mí, mis compañeras de trabajo y mis amigos, lo entenderán.  Rubén lleva un tiempo trabajando en un proyecto de mariposas. Bien pues desde que el mundo de los lepidópteros (vaya palabro) entró en nuestras vidas, de repente hemos empezado a ver mariposas por todos los lados.
Para los que creáis que este blog es solo de entretenimiento he de deciros que a partir de hoy también es cultural porque ahora mismo hoy voy a dar una breve clase sobre el mundo mariposil.

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El mundo es un pañuelo

Gráfico enmarañado, el desenmarañador que lo desenmarañe...
Que el mundo es un pañuelo, ya nos lo decía Eduardo, el profesor de religión del Instituto, cuando nos contó que estando en Nueva York en mitad de una de sus amplias calles, alguien le dió un golpecito en la espalda y le dijo "Coño Eduardo, tu por aquí". Era un chico de su pueblo.
Años más tarde estando yo de viaje de fin de carrera con mis compañeros de Zaragoza, en Túnez, fuimos en autobús a recoger una pareja a un hotel y ¡casualidad! los conocía, eran de Logroño y encima de la Asociación de Vecinos El Carmen, la asociación de la que siempre han sido socios mis padres. Mi amiga Satur y Rubén en algún tiempo no muy lejano compartieron pariente, los dos se apellidan Elías. Blanqui, mi suegra se sabe los "grados de separación" pero soy incapaz de reproducirlo aquí. Ahora comparten sobrino, no es que sean familia, Rubén da clase de dibujo a Pablo, el sobrino de Satur.

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