¡Que 45 años no es nada! (1ª parte)

Esta semana cumplo 45 años, ¡hombre durante toda la semana no!, solo el viernes día 1, pero como quiero hacer un pequeño resumen de estos años, pues empiezo ya.

Se que no aparento mi edad y también se que no tengo abuela, pero todavía no he empezado a quitarme años. No me quiero imaginar que cara se me quedaría si dijera que tengo 37 y alguien me contestara ¡buah pues parece que tiene 45!

Nací llorando, y vamos continuo en esa línea, me río por nada, pero por el mismo motivo puedo llorar, por una noticia triste, de emoción, de risa... ¡Yo soy así y así seguiré nunca cambiaré! (Alaska dixit).

El día de mi bautizo, llorando ¡cómo no! El que me hace mimitos es mi padre.

De los cuatro años que viví en la decada de los 60 no recuerdo nada, solo lo que mis padres me han contado y es que los primeros cinco meses lloraba todas las noches, un día dicen que estuvieron tentados de tirarme por la ventana, pero se arrepintieron o... ¿se arrepientieron después por no haberlo hecho? No sé esa parte no la tengo clara. También cuentan que primera noche que no lloré, me despertaron pensando que me había pasado algo ¡padres, ni dormir tranquila dejan a una!

Mi hermano y yo. Foto de  mi Tía Marí. Siempre las cabezas. Yo acababa de llorar.

Mi madre quería una niña para ponerle coletas y así fui peinada los primeros años de mi vida, con dos coletitas. En el año 70 empecé el colegio, mis padres querían llevarme a las Adoratrices, pero les dijeron que era pequeña, que volviera cuando tuviera 6 años (a los 6 sorprendentemente era mayor y tampoco me cogieron), en las Agustinas me querían ver la cara, y mis padres no estaban dispuestos a exhibirme, pero seguro que les hubieran encandilado con mis coletitas tan monas, pero como no me llevaron, no me cogieron.

Mis coletitas y yo. La foto estaba metidita en un marco con forma de timón. ¡Vivir para ver!

Así que me llevaron al Colegio San Bernabé, un colegio público y ¡mixto! en el Casco Antiguo,  ¿quién puede decir que ha estudiado en un Palacio? Pues yo y mis compañeros de cole, ya que hasta 3ª de la EGB el colegio estaba en el Palacio de Monesterio que por aquel entonces estaba casi en ruinas. En 4º pasamos al auténtico colegio que estaba en Rodríguez Paterna, pero solo hasta 6º ya que se hundió el techo y terminé 7º y 8º en unas aulas que nos dejaron los Salvatorianos. ¡Qué etapa escolar más ajetreada! Seguro que vuestros colegios no cambiaron tanto de ubicación como el mio.

Recuerdo de aquella época que los sábados ibamos al cole para ir a misa, que en primero ya nos enseñaron a dividir, que hice la comunión en San Bartolomé con todos los del cole y que una mañana mi madre me despertó y me dijo hoy no hay cole, que se ha muerto Franco, yo no sabía quien era, pero me alegré mucho de poder seguir durmiendo.

Mi infancia fue muy feliz, mi padre nos llevaba en el 600 a la Playa del Ebro y luego se iba a trabajar cuando salía, venía a buscarnos y se bañaba con nosotros en la piscina "Grande", merendábamos y volviamos a casa ya de noche.

La familia al completo en la Playa del Ebro, en plan "Cuéntame".

Me pasaba las tardes de verano con mis vecinas (¡ahora entiendo mi aficción a las Asociaciones de Vecinos!) en la escalera con nuestras Nancys, todas teniamos Nancys. Mi vecina Begoña tenía la Nancy Cenicienta ¡qué envidia! También bajamos a la calle y jugabamos al esconderite con otros vecinos, no valía dar la vuelta a la manzana, ni enconderse dentro de los portales... ¡ja! eramos tan malos, que a veces nos escondiamos en uno de los portales y vigilabamos por  la ventana de la escalera a la que se la quedaba y cuando harta de buscarnos se iba a casa, entonces aparecíamos en su puerta diciendo "no nos has encontradoooo". También jugabamos "a pies quietos" y a "policías y ladrones", pero un día por poco le pilla un coche a mi vecina Ana, la imagen que tengo es su falda levantada justo cuando el coche frenaba en seco pegado a ella. Cuando llegaba la hora de cenar las madres nos gritaban por la ventana "¡A cenaaaaaaar!". Todos los domingos nos ibamos al campo los Pujades y me lo pasaba bomba con mi hermano, mis primas Marisol y Merceditas y con mi primo Manuel.

Mi Nancy azafata y yo. A la primera Nancy que tuve le corté el pelo y nunca más le volvió a crecer.

¿Si recuerdo algún sonido de aquella época? El ruido de obras del Colegio San José cada verano.
¿Si tengo alguna imagen? Mi madre fregando y yo viéndola y escuchando las dos las radio.
¿Alguna canción? cualquiera del comediscos rojo de mi vecina o de la maleta tocadiscos que tenía mi hermano. Algun ejemplo: "Marionetas en la cuerda" de Sandie Shaw, "La felicidad" de Palito Ortega, y el hit del verano "La Ramona es pechugona" de Fernando Esteso.

Y así con la Nancy, la Playa, las vacaciones en Fuenterrabía, mis vecinas en la escalera y en la calle y  el cole pasaron mis felices años 70.