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Ya vienen los Reyes...

El Pepe 40 años muy bien llevados.
¡Ainsss qué nervios! Los Reyes Magos ya están de camino y yo sin escribir la carta. Como estamos en crisis, no quiero pedir mucho, pero alguna cosita... jo, pero no se el qué. En fin de todos modos el jueves por la noche, se repetirá la misma historia, Rubén leyéndome la cartilla y "prohibiéndome" madrugar. Y es que... da lo mismo los años que tenga, pero no he perdido la ilusión por los Reyes ni un solo año. De hecho creo que es el único día en que me gusta levantarme pronto.

 Cuando era pequeña mis padres nos llevaban a mi hermano y a mí a ver la cabalgata y luego nos acostábamos prontito. Yo me ponía muy nerviosa, pero al final dormía como un tronco, y ni un solo día oí a los Reyes, ni a sus camellos entrar en mi casa. Una vez, los pobres con tanto jaleo, tuvieron un fallo y le quitaron sin querer el chupete a una muñeca, no paraba de llorar en su moíses rosa y aunque me desperté, mis padres solucionaron el problema y me dijeron que me fuera a la cama que era todavía de noche. Ese mismo año a mi hermano le trajeron el Madelman submarinista y un locomotora de latón negra y roja, chulísima. Todos los años nos dejaban montones de caramelos y una pila de tebeos, a Toño de Mortadelos y a mí de Lilys, creo que en Balmes les ayudaban a recopilarlos. Cuando tenía 6 años, lo Reyes me trajeron a Pepe, todavía lo tengo, es un muñeco de plástico duro, con el pelo pintado y que si lo inclinabas lloraba. El Pepe, como siempre le hemos llamado en casa, ha sido y sigue siendo el modelo para chaquetitas y patucos de los más pequeños de la familia. También heredero de chaquetitas de mis primos y de mi sobrina. Mi prima Encarna todavía le hace de vez en cuando calcetines y ropita. Un día, cuando era pequeña lo llevé al colegio, el Pepe es un mocetón y mi madre lo llevaba bajo el brazo, y una mujer le dijo: "Señora, que esas no son formas de llevar a un niño..." cuando mi madre se volvió y la señora vio al Pepe, que quedó pegada y le pidió perdón.

Mi padre, recreando como llevaba mi madre al Pepe al colegio
Otro año, los Reyes estaban muy líados y le pidieron a mi padre que me hiciera la cama de la Nancy. ¡Madre mía! ya hubieran querido tener otras niñas mi camita tan resistente, tan bien hecha, tan bien pintada. A mi hermano también le hizo mi padre un fuerte, pero de ese no me acuerdo. Recuerdo también un piano de juguete, el banquito donde me sentaba, todavía está por casa de mis padres. A Toño le trajeron un caballito de plástico duro, de color gris con las crines blancas. Cuando lo pasó a casa del vecino, este le arrancó la cola y le dijo "hala, ahora que te lo arregle tu padre", ¡animalitos...!

Mi hermano Toño tenía 14 años, y no sabía "un secreto" que tenían los Reyes Magos. Mis padres creían que ya era hora que lo supiera, pero el contesto: "no, de ese tema no me interesa hablar..." ¡qué listo era mi hermano! Años más tarde fue él el que me contó "el secreto". Recuerdo que mis padres, me dijeron: "el tato tiene una cosa que contarte"... Cuando me lo dijo no le creí, vamos hombre ¡A mí me iban a engañar! Con 18 años mi hermano pidió el "oso amoroso", un oso marrón que se chupaba el dedo, en fin, Toño siempre dejándonos "descolocaos"...

Cuando nació Carlota, los Reyes cambiaron la ruta, y el lugar de pasar el día 5 de madrugada, no sé como lo hacían, pero cuando llegábamos con ella después de la cabalgata ¡ellos ya habían pasado por mi casa! ¡Son geniales, bueno geniales y magos, claro está! A Carlota le dejaban papeles con indicaciones y ella tenía que ir buscando los regalos. Un año le trajeron una moto y un casco y estaba monísima, pero... ¡tenía un peligro! era la Fitipaldi de la calle.

Carlota en moto, en sus ojos se puede adivinar la cara de velocidad que llevaba.
De los Reyes de estos últimos años, me encantó la Nintendo DS. Cuando abrí la caja me quedé un poco perpleja, nunca me han gustado las maquinitas, pero bueno, que le íbamos a hacer, venía con un juego de Brain Training. Luego abrí otro paquete y estaba el TETRIS, ahí si que acertaron los Reyes Magos. Era a lo único que jugaba en Nico, los recreativos de mi calle, porque nunca me gustaron ni los comecocos ni los marcianitos. Después me agencié una tarjetita "mágica" con muchos juegos y desde entonces mi frase favorita fue: "No sin mi Nintendo" iba a todos los sitios con ella, a la pelu, al médico... en cualquier sitio que tuviera que esperar, yo sacaba mi maquinita. Ahora la pobre, desde que llegó el Iphone, está un poco más relegada. Soy muy variable, lo sé y ahora mi frase es: "No sin mi Iphone"... ¡qué le vamos a hacer! También no hace mucho me trajeron la Nancy, y menudos lagrimones de emoción que me caían... ¡Sentimental que es una! Buena sentimental y llorona...

Años después con los primeros hijos de los amigos, volví a tener "excusa" para ir a ver a los Reyes a las Gaunas, y allí ibamos Susana, Rubén y yo con Ignacio y Fernando. Estoy segura que disfrutábamos más nosotros que ellos, que por aquel entonces eran muy pequeñitos.

A la cabalgata seguimos yendo, estos últimos años con los pequeñajos de la cuadrilla con Marta, Miguel, Juan y Eloy. Me lo paso pipa con ellos, gritando a los Reyes para que nos saluden. Hace unos años, después de la cabalgata, fuimos a cenar a casa de Nando y Luisa, como viene siendo costumbre, y nos habían dejado "una carta" en la que nos pedían que por favor le montáramos el barco pirata de Playmobil a Miguel, que estaban seguros que le iba a gustar más viéndolo montado que en la caja. Y allí estuvimos, Nando, Luisa, Rubén, Susana y yo hasta las 4 de la mañana poniendo piezas y pegatinitas al barquito en cuestión.
Otro año Marta pidió el castillo de la Barbie y en Logroño estaba agotado. Rubén y yo fuimos a Bayona con Rosalba y Quico a finales de diciembre y allí en el Carrefour estaba el castillo "esperándonos". Puestos en contacto con la centralita del Lejano Oriente nos pidieron que lo trajésemos y ya se encargarían ellos de dejarlo en casa de Marta. ¡Madre mía pedazo caja! no nos cabían casi ni las maletas... ¡Uf debe ser muy dura la labor de un Rey Mago!

El Pepe y yo.
En fin que estoy aquí escribiendo, y mientras lo hago no pienso en mi carta, que ahora mismo es lo que más prisa me corre. Así que os dejo, que me voy a pensar... y ya os contaré qué me han traído los Reyes. Y vosotros ¿tenéis ya escrita vuestra carta?¿tenéis recuerdos de vuestra noche de Reyes? Si queréis podéis escribir vuestras historias en los comentarios y así las compartiremos todos.
Besos y feliz Noche de Reyes.

Estos fueron los regalos que dejaron los Reyes Magos el año pasado en mi casa, pero no todos eran para nosotros.

1 comentarios:

SANDRA 3 de enero de 2012, 20:51  

¡Pero Vicky!¡Otra entrada?
Para mi el mejor día de la Navidad es el 5 de enero, me encanta ir a Las Gaunas y ver llegar el helicoptero con sus majestades, y por la tarde a la cabalgata; eso sí, siempre discuto con alguien en los dos turnos ¡es el espiritu navideño!
Un besito y que los Reyes se porten requetebien.

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